¿Muchas veces usted se despierta en medio de la noche con ideas grandiosas? ¿Le emocionan los nuevos conceptos empresariales? ¿Le emocionan las palabras “crear una empresa”? Deje de soñar y comience a hacer algo al respecto. Tal vez ya inició un pequeño negocio. O quizás solo tiene el deseo de hacerlo. Pues bien, lo cierto es que el tiempo pasa. Independientemente del tipo de invento, servicio o proyecto que le interese, usted siempre ha sido un emprendedor y sabe que algún día hará algo en grande. Ya sea que la gente le diga que está loco o que está destinado a la grandeza, nunca renuncie a sus sueños empresariales. Joseph A. Schumpeter en su libro Capitalismo, socialismo y democracia (1942) consolidó y esclareció el concepto de capacidad empresarial.

Argumentó que los emprendedores innovan no sólo al identificar formas de utilizar los inventos, sino también al introducir nuevos medios de producción, nuevos productos y nuevas formas de organización. Para esas innovaciones, decía él, se requiere tanta osadía y habilidad como para el proceso de invención.

El emprendedor percibe oportunidades que otros no ven o no les interesa. El espíritu emprendedor es diferente a la administración porque el espíritu emprendedor implica iniciar cambios en la producción, mientras que en la administración implica la coordinación, en forma constante, del proceso administrativo o de producción. Es importante comprender que el espíritu emprendedor es un fenómeno discontinuo, que aparece para iniciar cambios y después desaparece, hasta que vuelva a aparecer para iniciar otro cambio.

El espíritu emprendedor se refiere, sobre todo, al cambio. “Los emprendedores consideran que el cambio es la norma y es saludable. Por regla general, no propician el cambio ellos mismos, es decir no suelen ser inventores. Sin embargo – y esto es lo que define al emprendedor y al espíritu emprendedor –el emprendedor siempre busca el cambio, responde ante él, y lo explota como una oportunidad”. Peter Drucker, reconocido teórico contemporáneo de la administración, escribió estas palabras, pero bien podrían haber salido de la pluma del economista Joseph Alois Schumpeter, quien popularizó el término “espíritu emprendedor”. De hecho, para Schumpeter, el proceso entero del cambio económico depende de la persona que hace que procura: el emprendedor.

Piensa que el mundo es muy cambiante, que siempre es posible encontrar necesidades que todavía no están siendo atendidas por alguna empresa. Tu puedes hacerlo, pero ten presente que otros posiblemente ya lo han pensado, por eso recuerda que debes hacerlo lo mas pronto… no te duermas… emprendedor.

 

Dr. Jorge Brenis Exebio
Docente Universidad Nacional de Trujillo
Facultad de Ciencias Económicas, Carrera de Administración.