
Durante los dos últimos años, se ha escuchado hablar mucho sobre la pandemia de covid 19 y su influencia en el micro y macroentorno organizacional; también acerca de las lecciones que nos dejó esta situación que afectó al mundo entero, como aprender a valorar la salud y la vida, la cercanía con nuestras familias y el contacto personal con nuestro entorno.
Así mismo conocimos de cerca lo que es el temor y dolor de perder un ser querido, de quedarse sin trabajo y no poder mantener y proteger a tu familia a la vez. Estos difíciles y desafiantes momentos no solo se vivieron de manera familiar sino también empresarial, quienes estuvieron al frente en la administración de una empresa tuvieron que encontrar el equilibrio entre ser productivo, resiliente, empático y motivador, cualidades difíciles de poner en práctica en un entorno incierto y turbio, además de tener que coordinar con las personas detrás de una pantalla, por medio de un mensaje WhatsApp o una llamada, sin ese contacto personal necesario que transmite más allá de las palabras, emociones y gestos que complementan la comunicación.
Frente a estas circunstancias el hablar de liderazgo es traer a la memoria frases de personajes que supieron afrontar fuertes desafíos, quizás no una pandemia como nosotros, pero que necesitaron desarrollar empatía, resiliencia y motivación para lograr un objetivo en un entorno incierto y desalentador, uno de ellos es Nelson Mandela que tuvo la capacidad de perdonar, aceptando errores propios y ajenos, demostró empatía y fidelidad a aquellos que trabajaban junto a él, pronunciando la frase también tenemos a Indra Nooyi que fue presidenta y directora de PepsiCo , gran estratega y madre de familia que tenía como frase: “La turbulencia es el comienzo de un fructífero proceso de transformación” y Sam Walton fundador de Walmart quien decía que los “Lideres sobresalen por la manera de aumentar la autoestima de su personal”, entre otros personajes que nos dejaron importantes ejemplos de humildad y resiliencia, que es lo que justamente en plena pandemia tuvimos que poner en práctica y fue difícil motivar a las personas porque una de las necesidades básicas como la seguridad y la salud, según la pirámide de Maslow se veía afectada y la teoría motivacional de Herzberg no bastó y se vio vulnerada debido al confinamiento y el deseo de no ser contagiado. Sin embargo, muchos emprendedores tuvieron que desarrollar aquellas habilidades señaladas por Idalberto Chiavenato: conceptuales, técnicas y humanas, para poder subsistir ante la incertidumbre de la pandemia. Gran aprendizaje de aquellos líderes que no identificamos con nombres y apellidos pero que felicitamos y admiramos porque vemos en ellos el reflejo de su trabajo en el dinamismo económico y las oportunidades laborales, además de seguir cumpliendo con su importante rol de estudiante, profesional y/o padre de familia, que supieron asumir un desafío más del entorno desarrollando el Liderazgo Resiliente.
Lic. Adm. Mg. Mirtha Armas Chang
Directora Regional de Información Científica y Tecnológica