Gran pregunta, difícil respuesta.

La economía actualmente está dominada por las empresas privadas en las que solo importan los inversores. Es cuestionable si este modelo económico es sostenible social y ambientalmente. El sistema necesita desarrollarse más allá de la línea financiera y buscar oportunidades para incluir un mayor número de stakeholders: empleados, clientes, proveedores y la comunidad. Las empresas sociales son la solución.

Ahora, desde mi punto de vista, hoy en día las empresas necesitan ser socialmente responsables. Contribuir diariamente a la mejora de la sociedad, brindando riqueza en puestos de trabajo, ingresos, servicios, soluciones y pagando impuestos (Aunque es el que menos nos gusta, pero necesarios para la sociedad), entre otros.

Por ello, los empresarios deberían hacerse esta pregunta: ¿Qué valor tiene mi empresa? Y evaluarlo no solo en el aspecto económico o monetario, que es importante, sino en el aspecto social, ya que sin duda es el eje más importante y diferenciador.

Sin embargo, para llegar a ese objetivo de éxito no es tan fácil, se deben conocer muy bien cuáles son las necesidades del consumidor desde el producto o servicio que ofrece la empresa. También se debe trabajar constantemente la mejora continua de la empresa, en todos los ámbitos (internos y externos). Mantener una buena organización dentro de la empresa, porque así se ofrezca un producto o servicio, sin una buena estructura podría ser un gran fracaso. Y, por último, tener un personal fiel y responsable es sin duda otro de los mayores activos de nuestras empresas.

El mercado ha puesto mayor foco en generar un cambio a favor de la sociedad. A diferencia de lo que muchos piensan, ser una empresa responsable con la sociedad no implica dejar de ser rentable.

No se trata de un modelo de negocios desinteresado; las empresas se crean con fines de lucro y requieren de esos recursos para seguir invirtiendo en acciones positivas. Después de los impactos del Covid-19, la población y el empresariado han puesto mayor foco en generar un cambio a favor de la sociedad.

Algunos beneficios de ser una empresa socialmente responsable son: más productividad, clientes más leales, mejor imagen y mayor credibilidad, y ventaja competitiva.

La regla fundamental para obtener clientes habituales es cumplir con tu promesa de calidad de servicio y productos. Si además de eso les demuestras que te preocupa el bienestar social, la lealtad de tus clientes alcanzará un nivel superior. Además de ser tus clientes regulares, se convertirán en promotores de tu marca.

Las empresas que respetan a sus trabajadores y a las comunidades que le rodean, se ganan el respeto de la sociedad. Además, proyecta una imagen pública que contribuye a la sostenibilidad económica de la compañía.

Finalmente, considero que la empresa socialmente responsable y competitiva, aporta un beneficio social y por lo general se convierte en una empresa rentable, algo muy importante para estas y una de sus finalidades. Contribuye a la mejora de la sociedad, y nos aporta una reputación positiva y reconocimiento social.

Para poder hacer un cambio real en la economía, no se puede actuar solamente con las empresas o los accionistas, se tiene que intervenir en varios frentes de manera simultánea. Un negocio debe existir para que el mundo sea mejor y para ello es fundamental apoyar a la comunidad donde uno opera y poder llevarla a otro nivel.

Entonces ya nos podemos hacer la pregunta ¿Qué valor tiene nuestra empresa? Y sobre todo ¿Qué aporta nuestra empresa a la sociedad actual? La respuesta sin duda nos la darán nuestros clientes, no hay mayor certificación que esa. En otras palabras, contar con clientes leales se convierte en un activo intangible para las organizaciones, lo cual les brinda una ventaja competitiva ante otras marcas o propuestas de valor.

Si usted trabaja sólo por el dinero, nunca lo va a lograr, pero si amas lo que estás haciendo y siempre pones al cliente en primer lugar, el éxito será tuyo.

Mg. Melsy Pamela Arellano Flores
Mágister en Administración de negocios.