
La lentitud torpe, nociva y frustrante de la burocracia en el Perú me hace recordar a la paradoja de la tortuga, una de las más clásicas del filósofo Griego Zenón.
Según esta aporía,
“Aquiles, el corredor más rápido, nunca podrá superar a una tortuga, el animal más lento, ya que Aquiles debe primero llegar al punto donde comenzó la tortuga, de modo que la tortuga siempre tendrá una ventaja”.
En la burocracia estatal al igual que en la carrera entre Aquiles y la tortuga parece que no existe movimiento y que el mundo es ilusorio y no una realidad. En la burocracia estatal parece que nunca ganará el buen propósito de mejorar la calidad de vida de los peruanos sino la lenta y mediocre voluntad de quienes operan la administración estatal. Como Congresista de la República, por ejemplo, me parece una ilusión que el proyecto de distritalización, con el cual el Centro Poblado de Alto Trujillo en La Libertad puede dinamizar su proceso de desarrollo territorial este tramitándose más de seis años, pasando, del congreso al MEF, del MEF a la PCM y regresando de la PCM al MEF porque uno o varios burócratas que ganan jugosos sueldos se equivocaron en un dato o erraron en un procedimiento. Parece también una ilusión que cientos de proyectos que contienen expectativas e ilusiones de muchos pueblos están encarpetados por años en el Congreso debido a propósitos subalternos de mediocres operadores congresales. Igualmente, parece una ilusión que en algunos ministerios presentes un oficio en forma virtual y después de tres meses, o más, te contesten con otro oficio diciendo que el oficio que presentaste virtualmente debes presentarlo físicamente.
De la misma forma, parece una ilusión que un ciudadano repita sus dolencias, una y otra vez en un hospital público, debido a que el personal de salud no las entiende porque al mismo tiempo, está distraído, chateando en su celular de alta gama, que ha comprado con los aportes obligatorios del paciente a quien no le interesa atender.
Lo que digo anteriormente parece una ilusión, pero no lo es, es una realidad. En la burocracia estatal del Congreso y los ministerios, todo es lento como una tortuga. Una tortuga que camina torpemente sin la menor conciencia de la urgencia del desarrollo nacional y mucho menos, de la necesidad y deber impostergable que existe de mejorar la calidad de vida de los peruanos; deber que he asumido y que cumpliré a pesar del sentimiento de frustración que muchas veces produce la mediocre burocracia estatal que no es igual a una tortuga. Es peor.
Lic. Luis Roberto Kamiche Morante
Licenciado en Administración – Congresista