Podemos definir la Agilidad, como la capacidad que tienen las empresas para renovarse, identificar oportunidades y adaptarse rápidamente en mercados en constante evolución y cambio.
Esta situación se puso de manifiesto durante la pandemia del COVID 19. Los cambios que ya se venían observando en diferentes mercados e incluso, en aspectos de nuestra vida cotidiana, se aceleraron dramáticamente con la implementación de medidas restrictivas para hacer frente a un enemigo invisible y desconocido. Sin embargo, aquellas empresas que adaptaron agilidad en sus procesos pudieron no solamente, superar los efectos de la crisis, sino aprovechar este nuevo escenario.
Ejemplo de ello en Perú, es Yape, un aplicativo móvil para realizar transferencias inmediatas y gratuitas entre clientes del Banco de Crédito que, si bien es cierto, surge en el año 2017, se consolida en el 2020 en plena pandemia, al convertirse en un medio de pago efectivo para transacciones comerciales con las restricciones dadas de aquel momento. Posteriormente, se fueron incorporando otras funcionalidades como el pago mediante código QR. Es decir, conforme se van generando necesidades, estas son identificadas y atendidas con este medio de pago.
Agilidad pura aplicada para el diseño de productos o servicios, para ello se requiere un proceso de generación de ideas que se validen, rechacen o implementen rápidamente, mediante prueba y error. Esta característica exige a las organizaciones estar mucho más cerca de sus clientes, para identificar sus necesidades, atenderlos con eficacia y rapidez y lograr niveles de satisfacción elevados. Cuanta mayor sea la satisfacción del cliente, mayor capacidad para fidelizarlos, por ende, conseguir mayores beneficios y crecimiento para el negocio.
La agilidad brinda muchos beneficios a las organizaciones como la reducción en los riesgos naturales en el diseño y elaboración de nuevos productos y/o servicios, al haber sido desarrollados y mejorados de acuerdo con las necesidades del mercado, nos ayuda a modificar rápidamente nuestra propuesta de valor en función de los cambios de mercado. A partir de esto, nos ayuda a generar una experiencia de cliente, positiva, desarrolla el trabajo en equipo, así como engagement creando ambientes de trabajo colaborativos, mejorando el clima laboral y un sin número de beneficios.
Sin embargo, también podemos aplicar agilidad para redefinir y mejorar procesos internos en una organización. La agilidad requiere tener la suficiente capacidad para modificar y acelerar los procesos, de tal manera que podamos hacer frente a un entorno cada vez más exigente, tanto en calidad de productos y/o servicio, como en plazos, tiempos de entrega o urgencia.
El proceso de adopción e implementación de la agilidad en las organizaciones presenta algunas dificultades como los estilos clásicos de gestión, poder y toma de decisiones basados en estructuras verticales, en donde los líderes suelen ser reacios para trasladar esa capacidad de gestión a equipos multidisciplinarios agrupados para mejorar y agilizar procesos determinados. Se deja de lado, es decir, dejar de lado la estructura tradicional en la que el jefe concentraba el control del proceso y personas. Así mismo, se requiere un cambio en la cultura organizacional orientado a una apertura muy marcada hacia la creatividad e innovación, esto implica mayor tolerancia al error. La esencia de la agilidad es la investigación y experimentación.
Solo cometeremos errores o nos equivocaremos en la medida que probemos soluciones a las necesidades identificadas. Muchas organizaciones, son reacias también a ello. Debemos desarrollar nuestros equipos enfocados en la creación de innovaciones disruptivas que logren generar ventajas competitivas y transformar los mercados.
La visión cortoplacista y la inmediatez en la obtención de resultados, sobre todo financieros, también juegan en contra de la agilidad. Se debe tomar en cuenta que se trata de un proceso de mejoras continuas en los procesos o productos existentes.
Mg. Mauricio Rios Uribe
Instructor Regional de Capacitación en Microfinanzas y Docente Universitario